Hans Robert Jauss (1921-1997)
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Hans Robert Jauss |
Por todo ello, se debe estudiar la historia de la literatura des de un punto de vista no sólo diacrónico sino también sincrónico, además de tener en cuenta factores extraliterarios que podemos relacionar con la historiografía general. De ahí la función social de la literatura como conformadora de una visión del mundo y en el comportamiento del lector.
Jauss también utiliza el concepto de distancia estética para aludir a «la diferencia entre las expectativas del lector y la forma concreta de una obra que puede o no presentar modificaciones» (Asensi, 2003: 672), o la idea de lector histórico, que «colabora con el acto de recepción de la obra o con los actos de recepción de otras obras en la fijación de un horizonte estético-literario, con sus experiencias de lectura y, dado el caso, con su actividad crítica» (Acosta, 1989: 19). Éste último se relaciona estrechamente con el concepto de lector implícito desarrollado por Wolfgang Iser.
Wolfgang Iser (1926-2007)
Wolfang Iser |
Por esto, Iser entiende la lectura como un proceso dinámico de creación de significado(s), «un movimiento intranquilo de anticipación y retrospección» determinado por las experiencias de cada lector, además de sus saberes lingüísticos, su competencia comunicativa, etc. (Asensi, 2003: 680). Porque, de alguna manera, a lo largo del proceso de lectura, somos unos moldes que damos forma a la masa amorfa de la obra. A su vez, el que lee se ve afectado por el texto, es decir, que tal y como apuntaba Jauss, el texto influye en el comportamiento y en la manera de entender el mundo que tiene el lector. En palabras de Elena del Carmen Toriano, «la articulación entre texto-lector permite incorporar la experiencia del texto a la experiencia de vida, reaccionar en el devenir de la lectura como en la vida misma y añadir a ella experiencias ajenas, sólo existentes en el mundo del papel» (Toriano, 2007: 208). Así, se da un proceso bidireccional de influencias, en la medida en que texto y lector se significan mutuamente.
A pesar del aparente carácter polisémico de la obra literaria, el texto prevé sus diferentes interpretaciones a través de la figura del lector implícito. Así, la actividad del que lee siempre está limitada por esta «estructura de control interpretativo» del texto, un constructo teórico que se refiere a las condiciones y roles previstos para el lector. (Asensi, 2003: 681)
¿Por qué y para qué?
Esta corriente surge como respuesta a teorías miméticas como el marxismo, demasiado preocupado por el contexto extraliterario (es decir, con una focalización cerrada fuera del texto), y a teorías objetivas como el formalismo ruso o el New Criticism, que propugnan la autosuficiencia de la obra literaria (esto es, con una focalización cerrada dentro del texto).
No obstante, la integración del lector en el entramado textual no supone una innovación dentro de la historia de la teoría literaria (pensemos en la antigua retórica, el docere/delectare de Horacio, la oratoria de Cicerón...), aunque debe reconocerse que esta figura tenía un papel relegado y dependiente de otras instancias literarias (el autor, el contexto o el texto, como hemos visto antes). A partir de este momento, pues, se atenderá a la relación circular entre autor, texto y lector.
Según Luís A. Acosta, esta recuperación de la importancia del lector implica una redefinición del concepto de literatura, entendido como medio de comunicación, fenómeno histórico, realidad de carácter social y sistema de signos de estructura significativa.
Por último, cabe destacar que no se trata de una corriente impermeable puesto que se ha enriquecido con diferentes aportaciones procedentes de distintas disciplinas. A continuación se esquematizan algunas de las tendencias, autores y conceptos que han contribuido a hacer de la teoría de la recepción un cruce multidisciplinar.
● Estructuralismo:
○ Michael
Riffaterre (hipogramas; arxilector)
● Postestructuralismo
○ Roland
Barthes (teoría de los cinco códigos; texto legible/texto escribible)
○ Umberto
Eco (elementos “no dichos”; lector/autor modelo; texto abierto/cerrado;
interpretación/uso)
○ Stanley
E. Fish (estilística afectiva; lector informado )
● Psicología
y psicoanálisis
○ Normand
Holland (tema de identidad; sistema DEFT; suspensión voluntaria de la
incredulidad)
○ David
Bleich (crítica subjetiva; lectura como transformación del lector)
● Feminismo
○ Judith
Fetterley («resisting reader»)
● Cultural
Studies
○ Janet Staiger, John Fiske, etc. (relación
retroalimentaria productor-producto-consumidor; lectura de mitos
contemporáneos)
● Otros
○ Josep
Maria Castellet (oscuridad expresiva; complejidad narrativa)
○ Clive
Staples Lewis (lectura del “mal lector”)
Bibliografía
ACOSTA,
Luís A. El lector y la obra. Teoría de la recepción literaria. Madrid:
Gredos, 1989.
ASENSI,
Manuel. «Estética de la recepción y Reader-response criticism», en Historia
de la teoría de la literatura, vol. 2. Valencia: Tirant Lo Blanch, 2003.
BALLART,
Pere. «Els estudis litearis i el lloc de la teoria literària», en ABELLAN,
Joan; BALLART, Pere; SULLÀ, Enric. Introducció a la Teoria de la Literatura.
Barcelona: Angle Editorial, 1997.
JORDAN,
Barry. «Un viaje por la teoría literaria», Quimera
(1985), núm. 51, p. 55-61.
LLOVET,
Jordi [et al.] Teoría literaria y literatura comparada. Barcelona:
Ariel, 2005.
RALL,
Dietrich. En busca del texto. Teoría de la recepción literaria. México:
Universidad Autónoma de México, 1987.
*Estas dos entradas sobre la teoría de la recepción fueron escritas con la colaboración de Tonina Villalonga y Maria Melià.
*Estas dos entradas sobre la teoría de la recepción fueron escritas con la colaboración de Tonina Villalonga y Maria Melià.
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